Preparados naturales
Fertilizantes para cactus y crasas
01 Preparado de ortiga: Fertilizante con nitrógeno, para uso foliar o en riego.
Fertilizantes para cactus y crasas
01 Preparado de ortiga: Fertilizante con nitrógeno, para uso foliar o en riego.
El Nitrógeno: ¿Porque está en la Ortiga?
Resulta que la ortiga tiene Molibdeno y Vanadio, que tienen la propiedad de atraer a las bacterias del tipo fijadoras de nitrógeno (ejemplo Azotobacter), estas bacterias a medida que van descomponiendo a la ortiga, van fijando el nitrógeno haciéndolo asimilable para cualquier tipo de planta. Estas bacterias producen más que nada Nitrógeno y en concentraciones elevadísimas.
Resulta que la ortiga tiene Molibdeno y Vanadio, que tienen la propiedad de atraer a las bacterias del tipo fijadoras de nitrógeno (ejemplo Azotobacter), estas bacterias a medida que van descomponiendo a la ortiga, van fijando el nitrógeno haciéndolo asimilable para cualquier tipo de planta. Estas bacterias producen más que nada Nitrógeno y en concentraciones elevadísimas.
Dilución: 1 parte
del preparado de ortiga en 20 partes de agua para cactus de desierto, monte y
crasas. 1 parte del preparado de ortiga en 15 de agua para cactus selváticos o
plantas no crasas.
Este
preparado debe ser encargado con una anticipación de 8 días y debe ser usado a
la brevedad.
02-Tierra de
diatomeas: (Uso como fertilizante.)
Las diatomeas son antiquísimas y microscópicas algas que vivieron hace 30 millones de años en el fondo de lagos de agua dulce y al emerger la Cordillera de Los Andes, quedaron al descubierto. Lo que llega hasta nosotros son las pequeñísimas estructuras silíceas fosilizadas, de las cuales hay hasta medio millón por milímetro cúbico. Además de su efecto insecticida, las diatomeas aportan una gran riqueza en minerales y micro minerales u oligoelementos. Estas sustancias son vitales para el metabolismo de los tejidos, pero generalmente están ausentes en suelos o sustratos empobrecidos o agotados.
Las diatomeas son antiquísimas y microscópicas algas que vivieron hace 30 millones de años en el fondo de lagos de agua dulce y al emerger la Cordillera de Los Andes, quedaron al descubierto. Lo que llega hasta nosotros son las pequeñísimas estructuras silíceas fosilizadas, de las cuales hay hasta medio millón por milímetro cúbico. Además de su efecto insecticida, las diatomeas aportan una gran riqueza en minerales y micro minerales u oligoelementos. Estas sustancias son vitales para el metabolismo de los tejidos, pero generalmente están ausentes en suelos o sustratos empobrecidos o agotados.
Estos 38 minerales:
sílice, plata, aluminio, arsénico, bario, manganeso, cobalto, cromo, cobre,
hierro, berilio, calcio, cadmio, molibdeno, sodio, niobio, níquel, bismuto,
fósforo, plomo, antimonio, ytrio, zinc, estroncio, mercurio, potasio, lantano,
magnesio, telurio, torio, titanio, talio, uranio, vanadio, wólfram, escandio,
estaño y circonio penetran en el plasma de la planta, circulando por su savia.
Las diatomeas consiguen suplir las carencias de los micro
elementos en las plantas. La agricultura moderna sólo se ocupa de aportar macro
elementos inorgánicos, (Nitrógeno, Potasio y Fósforo) que en ausencia de los micro
elementos, no pueden ser asimilados por las plantas.
Dilución: en agua
de riego, mezclar bien para que quede bien disuelta al 2 %, es decir 2 parte de
diatomeas y 98 de agua. Aplicado en forma foliar, además, protege la planta de
la insolación o quemaduras por el sol, al reflejar el espectro de los rayos
infrarrojos y ultravioletas.